Muchas veces he pensado si las cosas simples de la vida no
son en definitiva las más importantes.
El saludo a la mañana con un vecino al pasar; el abrazo
con el hijo, la suave caricia al bebé en la
cuna; el despertar mirando el sol y
contemplarlo también al anochecer cómo se oculta tras
el horizonte.
Es en esos instantes cuando la persona se
humaniza en plenitud. Cuando deja de ser masa y se convierte en individuó:
Quizás un día los dioses lo pensaron de este modo pero el hombre
termino olvidando.
En las cosas más comunes suele estar oculta la felicidad...
Néstor O Salgado
Escritor Argentino, consejero social
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